Comer fuera de casa viviendo con diabetes tipo 1

Karla Meneses.
Dietista Nutricionista especializada en diabetes.
Máster en Antropología social y cultural.
Cofundadora del proyecto @lamesa.azul. Miembro del grupo
de trabajo de Estilos de vida y Mujeres y Diabetes de la SED.
Rocío Maraver.
Dietista Nutricionista especializada en diabetes.
Máster en calidad y tecnología alimentaria.
Cofundadora del proyecto @lamesa.azul.
Miembro del grupo de trabajo de Mujeres y Diabetes de la SED.
Ago 22, 2024

La alimentación constituye «una ventana a través de la cual es posible observar, conocer y comprender la articulación de un entramado cultural amplio y diverso» [1]. Cuando una persona es diagnosticada de diabetes tipo 1 (DM1) inicia una nueva relación con la comida, pues el trabajo con relación a la secreción de insulina que llevaba a cabo el páncreas pasa a realizarlo la persona con DM1 o quien cuida de ésta; de hecho, expresiones como el «hacer de páncreas» son frecuentes en los mensajes que en ocasiones intercambia la comunidad de personas con diabetes.

Ante el nuevo diagnóstico, la persona con DM1 se encuentra con un nuevo lenguaje que atraviesa su plato. A partir de entonces, empieza a contabilizar los hidratos de carbono de sus alimentos, a administrar las unidades de insulina acordes a ese contaje, a gestionar el tiempo para empezar a comer y a vigilar sus acciones a través de dispositivos de medición glucémica para confirmar y evaluar (o juzgar) lo que antes han decidido llevar a cabo. Esta realidad alimentaria ya compleja, cobra más relieve cuando la persona sale de su espacio de control (su casa) y entra a otros contextos de comensalidad, como un cumpleaños, un bautizo, una boda, una salida al cine o un día de aperitivo. Se puede decir entonces que las personas que viven con DM1 conviven a su vez con una medicalización y una racionalización de sus comidas y con una nueva relación con los alimentos. En la consulta de nutrición a menudo se observan algunas personas que experimentan miedo, ansiedad o rechazo a retomar sus hábitos sociales alimentarios anteriores, especialmente aquellas que llevan poco tiempo conviviendo con la diabetes. En este artículo compartiremos algunos puntos para tener en cuenta en algunos contextos donde la comida cobra importancia, y donde, por lo tanto, la diabetes ha de gestionarse a través de distintas herramientas que pueden ser abordadas desde un programa educativo estructurado.

LAS PERSONAS QUE VIVEN CON DIBETES MELLITUS (DM1) CONVIVEN A SU VEZ CON UNA MEDICALIZACIÓN Y UNA RACIONALIZACIÓN DE SUS COMIDAS Y CON UNA NUEVA RELACIÓN CON LOS ALIMENTOS

LAS 6 PREGUNTAS CLAVE PARA GESTIONAR LA ALIMENTACIÓN FUERA DE CASA

Las 6 preguntas guía que pueden ser de utilidad a la hora de transmitir la gestión alimentaria fuera de casa en las personas con DM1 son las siguientes:

1. ¿Dónde y cuándo será el evento?

El lugar y el horario son importantes, ya que, con base a ello, será posible conocer la ratio a utilizar, las cantidades aproximadas que podrían consumirse, o bien, tener una idea general del estilo de comidas que serán gestionadas. No es lo mismo ir a un aperitivo de tapas, que ir a comer a un restaurante italiano o a cenar a una parrilla argentina.

2. ¿Qué tipo de alimentos habrá?

Conocer el tipo de comida y bebida que se consumirá, al menos de forma general, será de ayuda para elegir qué herramientas nos pueden ser útiles. Muchas veces, es posible encontrar en internet la carta del sitio a donde se irá o directamente se puede preguntar con antelación sobre el menú a quien organiza el evento. Si no se tiene ese dato, al llegar al lugar se puede preguntar a los encargados del servicio de restauración sobre todas las dudas que se tengan. Es importante reforzar en las personas con diabetes la confianza para hacer estas preguntas, pues a menudo puede experimentarse vergüenza en hacerlo.

3. ¿Cómo contabilizamos los hidratos de carbono de los alimentos?

Es importante tener a la mano [en el móvil por ejemplo] recursos visuales, para compararlos con lo que comeremos, o bien, haberlo revisado con anterioridad. Hacer una foto y luego almacenarla en una colección personal con anotaciones, es útil para futuras visitas al mismo sitio o a lugares similares. Existen distintas guías y aplicaciones que pueden ser de utilidad [2, 3, 4, 5, 6] y proporcionarlas a las personas con diabetes es de gran ayuda. El momento de la consulta puede ser también una oportunidad para hablar de estos contextos y poner en práctica herramientas de educación alimentaria y diabetológica. Por ejemplo, revisar el menú de una boda a la que asistirán y comentar cómo podría gestionarse esa ingesta junto con la insulina, la actividad física y las emociones.

4. ¿Son de absorción rápida o lenta?

Tener el conocimiento de si los hidratos de carbono que se consumirán son de índice glucémico alto [«rápidos»] o bajo [«lentos»] puede ser de utilidad para realizar o no el tiempo de espera entre la aplicación de la insulina y la ingesta. Al ser en su mayoría espacios y tiempos de preparación que no conocemos, es importante hacer hincapié en no ser demasiado rigurosos con el tiempo de espera para evitar posibles hipoglucemias.

5. ¿Qué haremos durante y después de la celebración?

No es lo mismo estar en una boda y estar sentados hablando que bailar toda la noche después de la cena.  Por ello, es importante considerar este punto para ajustar la cantidad de insulina que aplicaremos para esa ingesta. Herramientas como conocer el concepto de insulina activa y repasar el protocolo del manejo de una hipoglucemia serán de utilidad.

6. Reducir el nivel de exigencia

Como vemos, son varias las herramientas a gestionar en un contexto donde muchos aspectos se desconocen o van surgiendo sobre la marcha. Transmitir tranquilidad y reducir la exigencia en «estar en rango glucémico» puede sustituirse por otros indicadores como: evitar hiper o hipoglucemias significativas que detengan su disfrute, y tal y como refiere la psicóloga María Alonso, valorar el «tiempo en rango emocional» dando importancia a los aspectos emocionales y siendo menos «glucocentristas».

ESTRATEGIAS PRÁCTICAS EN FUNCIÓN DEL CONTEXTO DE LA COMIDA FUERA DE CASA

A continuación, se muestra una tabla de contextos y herramientas alimentarias prácticas que, aunque no reúne alimentos etiquetados como “saludables”, sí es importante conocer para gestionar su manejo lo mejor posible y evitar momentos de inseguridad, miedo o restricción.

A modo de conclusión

Comer no sólo es un acto fisiológico, sino un entramado complejo donde lo emocional, cultural y social se entrecruzan. Los profesionales de la salud, como indica la Asociación Americana de Diabetes, deben tener en cuenta que «es importante mantener el placer de comer proporcionando mensajes sin prejuicios sobre la elección de alimentos[…]» especialmente en contextos como los que hemos mencionado anteriormente [8]. También es crucial considerar que a través de herramientas que aúnen los conocimientos científicos en alimentación y la experiencia de las personas que conviven con diabetes, será posible acompañarlos de forma más eficaz.

 

Referencias

  1. GRACIA Arnaiz, Mabel (2010). “Alimentación y cultura en España. Una aproximación desde la antropología social”. Physis Revista de Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, 2010.
  2. Carbs and Cals [app]
  3. MyfitnessPal [app y sitio web] https://www.myfitnesspal.com/es
  4. Fatsecret [app y sitio web] https://www.fatsecret.es/
  5. Diabetes a la carta [app y sitio web] https://diabetesalacarta.org/
  6. Guia visual de alimentos y sus hidratos de carbono [2018] Roche.
  7. Murillo, Serafín [2022] Tabla de raciones de hidratos de carbono. Fundación para la Diabetes.
  8. American Diabetes Association; Introduction: Standards of Medical Care in Diabetes-2023. Diabetes Care 2022; 45.