El deporte y el ejercicio físico aportan muchos beneficios a las personas con diabetes tipo 1 (DM1).

El deporte y el ejercicio físico aportan muchos beneficios a las personas con diabetes tipo 1 (DM1).
El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una condición de salud de tipo endocrino y reproductivo que afecta al 10% de las mujeres en edad reproductiva en el mundo (1).
A partir de los 50 años se produce una pérdida progresiva de masa muscular de entre un 1-2% al año (especialmente fibras tipo 2 o rápidas responsables de generar potencia y fuerza) y cambios cualitativos en el músculo (infiltración de grasa y tejido conectivo) que producen un declive de la capacidad funcional con el envejecimiento.
En el último siglo, la actividad física (AF) se ha convertido en un pilar básico para adquirir un estilo de vida sano y que garantice una calidad de vida notable con respecto a la población sedentaria.
Creo que lo más importante para comenzar sería distinguir entre actividad física, ejercicio o deporte. Todavía hay mucha gente, revistas y medios de comunicación que confunde los términos y es fundamental explicarlos para conocer los beneficios que puede aportarnos cada uno de ellos.
Este es el objetivo de este artículo; por un lado, establecer claramente la relación positiva entre AF y salud; por otro, señalar alguna de las excusas que se ponen para resistirse a la práctica, e intentar dar algunas claves para saltar dichas barreras y limitaciones, igualmente señalar déficits del sistema sanitario que no facilitan, no favorecen, una práctica sana y segura.
La obesidad infantil se ha convertido en uno de los problemas médicos y de salud pública más importantes. Su etiología es multifactorial y en ella interaccionan factores genéticos, biológicos y ambientales.
La duración de la vida está dictada por el proceso de envejecimiento y este describe la disminución del funcionamiento físico y fisiológico de los organismos.
La enfermedad cardiovascular (ECV) y la diabetes son dos problemas prevalentes de salud. La diabetes es un factor de riesgo para el desarrollo ECV y en nuestro medio, constituye un tercio de todas las causas de muerte.
Se han definido factores clásicos como la edad, el sexo, el tabaquismo, el colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, la presión arterial (HTA) y la diabetes mellitus (DM). Existen otros factores de riesgo no clásicos (historia familiar, obesidad, distribución de la grasa, nivel de triglicéridos, estrés, nivel socioeconómico y la calidad del sueño) que pueden servir para modular el riesgo individual.