La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una enfermedad epidémica que afecta al 12% de la población de mediana edad, y cuya incidencia continúa aumentando de manera rápida impulsada por un entorno claramente obesogénico.
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La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una enfermedad epidémica que afecta al 12% de la población de mediana edad, y cuya incidencia continúa aumentando de manera rápida impulsada por un entorno claramente obesogénico.
Aunque la depresión no sea una de las complicaciones que se asocian tradicionalmente con la diabetes, realmente existe un aumento significativo de esta enfermedad psiquiátrica en comparación con la población general.
La incidencia de diabetes está aumentando en todo el mundo, y casi la mitad de los casos permanecen sin diagnosticar.
En los últimos cien años, la historia de la diabetes tipo 1 (DM1) ha experimentado enormes cambios en su manejo y entendimiento. Hasta el descubrimiento de la insulina por Banting y Best en 1921, y su posterior uso en humanos, la diabetes se trataba de una entidad letal a corto plazo.
En la edad pediátrica la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es mucho menos frecuente que la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), sin embargo su incidencia está aumentando en las últimas décadas debido al incremento tan importante de las tasas de sobrepeso y obesidad en la infancia y adolescencia.
Los disruptores endocrinos son compuestos químicos, en su mayoría derivados de la actividad industrial, que pueden afectar negativamente a nuestra salud.
La diabetes es una enfermedad crónica lo que, sumado al aumento de la esperanza de vida en la población general, tiene un impacto en la salud no solo física sino también mental.
La variabilidad glucémica es uno de los problemas más complejos en el control glucémico de las personas con diabetes tipo 1 (DM1).
Aunque las causas por las cuales la función renal puede deteriorarse hasta el punto de requerir tratamiento renal sustitutivo (ya sea diálisis o trasplante renal) son múltiples, la diabetes representa la primera causa de enfermedad renal terminal en los países desarrollados.
Un diagnóstico temprano de la diabetes y un control estricto de la hiperglucemia pueden prevenir o retrasar la aparición de complicaciones, que, en el tubo digestivo, incluyen reflujo gastroesofágico, estreñimiento crónico, despeños diarreicos, flatulencia y alteraciones del vaciado gástrico o gastroparesia