La diabetes tipo 1 es una enfermedad compleja en la que la predisposición genética desempeña un papel importante y cuyo desarrollo comienza antes de que se manifiesten síntomas o se realice el diagnóstico clínico.
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La diabetes tipo 1 es una enfermedad compleja en la que la predisposición genética desempeña un papel importante y cuyo desarrollo comienza antes de que se manifiesten síntomas o se realice el diagnóstico clínico.
La diabetes, una de las enfermedades crónicas más comunes en la infancia, está en aumento tanto en su tipo 1 como en el tipo 2, lo que significa que más niños la experimentarán en sus años escolares.
La Inteligencia Artificial (IA) está transformando muchas áreas de la medicina tradicional.
La monitorización continua de glucosa (MCG) ha demostrado un claro beneficio en el control clínico de la diabetes en todas las etapas de la vida, aumentando el tiempo en rango óptimo de glucosa y disminuyendo el número de excursiones glucémicas, fundamentalmente la hipoglucemia.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA) define la diabetes como “una enfermedad crónica compleja, que requiere atención sanitaria continua, siendo necesarias diferentes estrategias, enfocadas en mantener un buen control metabólico”.
La diabetes es una enfermedad caracterizada por una hiperglucemia sostenida, debida a la falta de secreción de insulina, diabetes tipo 1 (DM1), o bien a una acción deficiente de la misma junto a una secreción insuficiente, diabetes tipo 2 (DM2).
La composición de microorganismos que forman parte de nuestro tubo digestivo constituye nuestra microbiota intestinal.
La influencia del ciclo menstrual en el control metabólico de las mujeres con diabetes tipo 1 (DM1), aunque es frecuentemente referido por las pacientes, no es un fenómeno que esté bien estudiado.
La hipoglucemia es, a día de hoy, una situación inherente a la diabetes tipo 1.
El santo grial de la insulinoterapia, para disminuir el riesgo de complicaciones crónicas y de hipoglucemia, sería conseguir insulinas sensibles a la de glucosa, que actuarían en caso de hiperglucemia y cesarían su acción tras alcanzar la normoglucemia, lo que favorecería mantener un mayor tiempo de glucosa en rango.