La monitorización continua de glucosa (MCG) permite conocer los valores de glucosa de manera continua y su tendencia durante las 24 horas del día mediante un sensor insertado en el cuerpo que envía la información a un lector externo.

La monitorización continua de glucosa (MCG) permite conocer los valores de glucosa de manera continua y su tendencia durante las 24 horas del día mediante un sensor insertado en el cuerpo que envía la información a un lector externo.
La mejora de la exactitud de los monitores continuos de glucosa ha sido el gran impulsor del desarrollo tecnológico en diabetes tipo 1, permitiendo avanzar hacia la automatización de las complejas decisiones que su gestión conlleva.
El estándar de tratamiento de la diabetes tipo 1 es lo que conocemos como tratamiento intensificado con insulina.
La hipoglucemia es, a día de hoy, una situación inherente a la diabetes tipo 1.
El descubrimiento de la insulina fue un hito en la ciencia médica y transformó la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) de una enfermedad mortal a una enfermedad crónica, tratada con inyecciones de insulina.
La hipoglucemia es una complicación aguda temida por las personas con diabetes, familiares y/o cuidadores, así como por el equipo sanitario que acompaña. Esto no es de extrañar si recordamos la frecuencia de episodios de hipoglucemia grave que reflejan los estudios internacionales como el Diabetes Control and Complications Trial (DCCT 1993) y otros estudios nacionales más recientes.
En personas sanas, sin diabetes mellitus (DM), existe un equilibrio preciso entre la acción de las hormonas que controlan el nivel de glucosa en sangre. La insulina permite que la glucosa entre en las células y el glucagón detiene este efecto hipoglucemiante, si es necesario, aumentando la liberación de los depósitos de glucosa y forzando su producción, junto con otras hormonas